Congreso Eucarístico Quito Ecuador 2024

TERCER DÍA

Congreso Eucarístico Quito Ecuador 2024

Mons. Andrew Cozzens

Presidente del comité eucarístico de Estados Unidos

1. La eucaristía y la transfiguración del mundo.

2. Este tema nos recuerda las heridas que tiene el mundo y que tienen nuestros corazón. Existe uno que puede transfigurar nuestra humanidad quebrantada. No solo la humanidad quebrantada. Sino también nuestra humanidad.

3. Todo fue creado por él y por él. Aquí en la transfiguración vemos al transformación de la humanidad. En la transfiguración vemos que somos llamados a ser hijos de Dios.

4. Jesús nos dio la eucaristía, para que aquellos regalos sustanciales, sea vuelvan transformación de nuestra vida. En el momento de la transfiguración,

5. Jesús ingresa en la muerte, dándonos vida, dando la vida por nosotros.

6. Es muy importante recordar como Dios redime el mundo, a través del misterio pascual. Dios escoge el amor y cambia la muerte como regalo de sí mismo. a través de la cruz transforma esto en vida. Es el misterio más grande que tenemos, que transforma el mal en bien.

7. No existe tan malo y pobre que no pueda ser tomado y redimido por Dios. No hay herida tan profunda que no pueda volver en lugar de gracia.

8. El contenido del pan partido es Jesús en la cruz, muerto y resucitado. El único verdadero acto de culto, es Jesús eucaristía, la última cena, la muerte de un hombre inocente dándose a comer para darnos vida.

9. Con la entrega de nosotros mismos aprendemos a vivir el misterio pascual. Nosotros sabemos la realidad del sufrimiento humano que nos rodea.

10. Nos hemos preguntado por qué el Señor no nos quitó el sufrimiento. La razón, quizás es que en el sufrimiento es el lugar donde podremos compartir el mayor lugar de compartir el amor.

11. El sufrimiento es la única forma de aprender a recibir el amor, y a dar el amor que brote de nuestro corazón desde una vida eucarística.

12. El plan de Dios parece desconcertante. Recordemos cuando Jesús habla por primera vez de la cruz, Pedro intenta disuadir a Jesús y recibe el mayor regaño, aléjate de mi satanás. No pueden sacar de mi el dolor como muestra de redención de mi amor.

13. Si eso fue para Jesús, también para nosotros el sufrimiento se transformará en el medio de compartir nuestro amor, y el medio de redención

14. El sufrimiento puede ser por mi propio pecado, o por relación con los demás, o por enfermedades. La tentación es huir del sufrimiento, en vez de asumir el sufrimiento en Jesús. Que yo me torne a otro y poder ayudarlo desde su sufrimiento y comprendiendo que siempre hay alguien sufriendo más que yo.

15. En muchas familias, dicen, ofrézcanlo. Ese ofrecimiento se convierte en el fin de cualquier conversación, al aceptar que se puede ofrecer como Jesús por amor a los demás.

16. Jesús quiere escuchar nuestro sufrimiento. Y desea que le compartamos nuestro sufrimiento. Para qué él nos muestre como podemos ofrecer nuestro sufrimiento al Señor, para que se vuelva redentor a través de la eucaristía.

17. Lo que sucede en la eucaristía es que yo traigo mi sufrimiento al altar, y unido al sufrimiento del otro, podemos unirnos al sufrimiento redentor de Jesús.

18. Los fieles deben nutrirse de la palabra de Dios y del pan único y partido de la eucaristía.

19. Que hace nuestra señora al pie de la cruz. Ella está tomando todo el sufrimiento que tiene en su corazón al ver morir a su hijo Jesús, ofreciéndolo por nuestra redención.

20. Este el plan de Jesús para curar el mundo. La eucaristía es el corazón del mundo, el lugar para redimir al mundo desde el el corazón de Jesús, desde al eucaristía.

21. Esta es al clave para transformar nuestras propias vida, es tomar nuestro sufrimiento y unirlo al sufrimiento con Jesús para que se vuelva redentor.

22. No hay nada que no pueda ser traído al altar de Jesús, para que se vuelva redentor el sufrimiento de la gente, unido al sufrimiento de Jesús. Para que se transforme en Cristo y se haga redentor.

23. Para restablecer una verdadera fraternidad, debemos rendirnos a nosotros mismos en Jesús, aprender a perdonarnos como hermanos, para poder experimentar y saborear al Señor y su experiencia. Debo estar listo para ofrecerme a mí mismo, por el bien de nuestra humanidad redimida en Jesús a través de nosotros y de la eucaristía.

24. El vaciarme de mí mismo, me abre al Espíritu santo y permite que me abra para dar a los demás a Jesús a través de mí.

25. La compasión nace en grande de quien une su dolor al dolor de Jesús, para sentir como Jesús, para ser fraterno como Jesús, para ser misterio de amor para la humanidad.

26. No se puede hablar de Cristo en la eucaristía, sino se ama a los pobres. No es puede hablar de la Eucaristía sin ser personas que compartamos a Cristo amor. La eucaristía es el corazón amoroso de Dios en medio de nosotros.

27. La eucaristía es siempre reconciliación. La eucaristía nos llama a estos actos de amor fraternos. También nos llama a traer la gloria de Dios a nuestro mundo. La eucaristía nos llama a ser hijos, hermanos, de nuestro mismo Padre amoroso.

28. Jesús le dijo a Madre Teresa: Quién va a pagar con su vida, por el sufrimiento de los pobres. Ella entendió que en Cristo podemos ser vida y alimento para los que sufren. Porque nosotros estamos entregados a la muerte para que la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.

29. En el sufrimiento de los que sufren, Jesús mismo está llevando su sufrimiento y ellos los que sufren, están redimiendo el mundo en su sufrimiento.

30. Fernand, un enfermo de Italia, que quiso ser sacerdote: sé que he hecho más por Dios desde esta cama, que lo que hubiera hecho como sacerdote. Fernand dijo que él era el crucifijo de Jesús en medio de su comunidad y de su familia. Dijo Fernand: “solo soy un hombre con todas mis debilidades, pero estoy ardiente de amor’

31. Quiero también decir como dijo Fernand: soy solo un hombre lleno de debilidades, ardiendo de amor por Jesús y por los demás.

32. La pregunta que debemos preguntarnos es si estamos dispuestos a unir mi sufrimiento al de Jesús. Si me atrevería a ser hostia de Dios para los demás. Para que podamos redimir desde nuestra redención.

Es un tiempo muy importante

No podemos considerar el tiempo de la Cuaresma como una época más, que simplemente viene y va cada año como una repetición cíclica. No, este es un tiempo único; es un auxilio divino que hay que recibir con total disposición. Jesús camina con nosotros y nos invita a construir nuestra vida en Él.

En la vivencia cuaresmal de nuestra fe, no solo fortalecemos y purificamos nuestra piedad y devoción, sino que renovamos nuestra esperanza y afianzamos la caridad, además de acrecentar el espíritu de penitencia que nos invita a la purificación. No reduzcamos este tiempo a una ocasión para hacer obras de mortificación, no dejemos escapar el profundo sentido de vida cristiana que contiene la espiritualidad cuaresmal.

Reconexión

Quisiera invitarte a vivir en este año un profundo proceso de restauración, que la cuaresma sea la oportunidad para unirnos profundamente al Señor y encontrar nuevamente nuestro camino con y hacia Él, bebamos de la fuente del agua viva, permitámonos sentir el amor que el Maestro nos tiene.

No olvides que la vida de fe, es un camino hacia la vida, la Pascua.

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