La Sinceridad es una cualidad de ciertas personas que consiste en actuar y expresarse con la verdad por delante, sin mentiras ni engaños, siendo honestos y transparentes completamente con todo lo que se hace, de forma que cada una de las cosas que se hacen o se digan sean desde el corazón.
La Sinceridad es sin duda alguna un valor que no todas las personas lo practican, y que es admirado precisamente por ello, ya que habla muy bien de quienes la aplican en su día a día en todos los escenarios.
Este valor tiene gran peso en la sociedad, y por supuesto, tiene un sentido bíblico interesante de analizar.
Valor Social
La Sinceridad es uno de los cimientos de toda civilización humana a, ya que genera confianza en los demás miembros de la comunidad y que nos rodean.
Las relaciones interpersonales de todo tipo, bien sean amistosas, laborales o amorosas se construyen de forma sólida desde la sinceridad, ya que, permiten a los demás sentirse a gusto y confiar.
Una sociedad en la cual no existe la Sinceridad no tiene futuro, ya que se produciría el caos debido a que todos sus integrantes sentirán que serán traicionados por los demás en cualquier momento.
Desde tiempos remotos la Sinceridad ha sido apreciada, ya que muchas personas prefieren mentir ya que les resulta más fácil y cómodo a corto plazo.
Este valor social debe ser inculcado desde temprana edad por los padres, ya que recordemos que en la familia es uno de los pilares de la sociedad, y donde se forman los hombres y mujeres que el día de mañana serán los representantes de la sociedad.
Una formación y educación en la cual no se inculca la sinceridad desde el seno de la familia, trae problemas no solo al individuo que carece de ella, si no al entorno en el que se desenvuelva, trayendo como consecuencia problemas sociales.
Sentido Bíblico
El valor de la Sinceridad es tan importante en las sociedades, que desde la existencia de las mismas se ha hecho notar, al igual que su contraparte, la hipocresía.
En la Biblia existen diferentes versículos en los cuales la sinceridad es citada, haciendo resaltar la importancia de este valor ante Dios y ante El Hombre.
Algunos ejemplos de esto los podemos encontrar en el Génesis 24:49 que textualmente dice “Ahora pues, si habéis de mostrar bondad y sinceridad con mi señor, decídmelo; y si no, decídmelo {también,} para que vaya yo a la mano derecha o a la izquierda”.
Asociando la sinceridad con la bondad en el versículo citado.
Otros ejemplos podrían ser el Salmos 5:9 que dice “Porque no hay sinceridad en lo que dicen; destrucción son sus entrañas, sepulcro abierto es su garganta; con su lengua hablan lisonjas.” Haciendo alusión precisamente a que quienes no son sinceros son hipócritas y solo cargan el mal con ellos.
Finalmente, un último ejemplo es en el Corintios 2 2:17 que dice “Porque no somos como muchos, mercaderes falsos de la palabra de Dios, sino que, con sinceridad, como de Dios, delante de Dios, hablamos en Cristo.” Resaltando el contraste de la sinceridad y su importancia frente a Dios.
Cómo ejercerla
Ejercer la Sinceridad es un arte, pues hay delgadas líneas entre ser sincero y decir lo que se piensa y siente, y ser cruel, desde el punto de vista social.
Es entonces cuando entra en juego la inteligencia emocional y otros factores más, en los cuales, no siempre es conveniente decir todo lo que se piensa ya que puede lastimar a otras personas.
Sin embargo, hay que ser sincero en la mayoría de las ocasiones, actuar bien y decir la verdad, sin intenciones dobles ni con el objetivo de perjudicar a ninguna persona, ya que la sinceridad es un hermoso boomerang que regresará a nosotros en otras personas.