Es habitual que hablemos de la bendición de Dios.
Es muy habitual
El salmo 103 es un himno de alabanza a Dios por las bendiciones recibidas:
“¡Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguna de sus bendiciones!
El Señor perdona todas tus maldades, sana todas tus dolencias.
El Señor te rescata de la muerte, y te colma de favores y de su misericordia.
El Señor te sacia con los mejores alimentos
para que renueves tus fuerzas, como el águila”.
Ese al igual que el salmo 81 y muchos mas destacan el agradecimiento por las bendiciones y favores recibidos por parte de Dios.
En nuestras reflexiones y meditaciones diarias; pues concluimos que si escuchamos y obedecemos los mandatos de Dios, pues Él nos dará más.
Tendemos a pensar en las bendiciones como regalos, detalles o beneficios que Dios nos da para que lo disfrutemos, para que vivamos con más abundancia de bienes.
Damos gracias y bendecimos al Señor porque obtuvimos un empleo que tanto deseábamos, porque recibimos una herencia, porque nos hemos sanado de una enfermedad, porque pudimos adquirir una casa o un carro nuevo, porque nuestros hijos concluyeron la universidad.
Usted nombre sus bendiciones…. han de ser muchas, verdad?
Pero hoy nos vamos a sorprender al saber que Dios nos bendice muchas veces, quitándonos cosas e incluso bienes y personas. Pero, cómo puede Dios bendecirme con menos de lo que tengo ahora?, con mis pérdidas?. Cómo?
Esta manera de pensar revela un problema de orgullo. Quién ha dicho que siempre sabremos lo que es mejor para nosotros? El hecho de que algo o alguien me guste no tiene que ser necesariamente bueno y correcto para mí.
Las cosas que Dios trae a mi vida son las que Él sabe que nos bendecirán. Dios es un Dios de bendición. Lo que pasa es que nuestra corta mirada nos impide ver el panorama completo, pero El ve todo desde principio a fin. Él sabe si cierta relación, o más dinero, o más propiedades serán al final una bendición o una maldición.
En alguna época de nuestras vidas, lo mejor que Dios nos pueda “dar” es quitarnos algo.
El Señor algunas veces decide bendecirnos, quitando. Nos bendice con menos.
Yo puedo recordar hoy una desilusión que me llevó a dudar si el plan de Dios había fallado en mi vida. Una situación que me llevó a dudar de que El estuviera actuando para darme lo mejor.
Con el paso del tiempo he podido ver el tierno cuidado de Dios para conmigo al quitarme algo.
Puede verlo usted en sus pérdidas?
Odalis Susana